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El Gobierno nacional confirmó este viernes el regreso de las retenciones plenas para los principales cultivos del agro argentino. A través del Decreto 439/2025, publicado en el Boletín Oficial, se estableció que la soja pasará a tributar un 33% desde el 1 de julio, mientras que el maíz, el sorgo y el girasol también verán incrementadas sus alícuotas.
La medida generó un fuerte rechazo por parte de las entidades del campo, que advirtieron que este ajuste fiscal podría frenar la liquidación de divisas y agravar la crisis productiva.
En contraste, el Gobierno prorrogó hasta marzo de 2026 las retenciones reducidas para el trigo y la cebada, que seguirán tributando un 9,5%.
Cómo quedarán las retenciones desde julio:
- Soja: del 26% al 33%
- Maíz: del 9,5% al 12%
- Sorgo: del 9,5% al 12%
- Girasol: del 5,5% al 7%
- Trigo y cebada: se mantienen en 9,5%
Liquidación condicionada y presión fiscal
La normativa, firmada por el presidente Javier Milei, el ministro Luis Caputo y el jefe de Gabinete Guillermo Francos, también dispone que las exportadoras deberán liquidar al menos el 90% de las divisas en un plazo de 30 días hábiles desde la declaración jurada de venta al exterior (DJVE). De lo contrario, se aplicará la alícuota anterior al decreto 38/25, es decir, más alta.
Esta decisión se produce luego de un primer semestre récord en ingreso de divisas agroindustriales, gracias a la rebaja temporal de retenciones implementada por Caputo en enero. Productores y exportadoras habían adelantado ventas aprovechando el diferencial cambiario, pero ahora advierten que se detendrá la liquidación de dólares al menos hasta noviembre.
Duro pronóstico desde el campo: “Se van a quedar secos”
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y otras entidades agropecuarias expresaron su preocupación por el efecto negativo que tendrá el regreso de las alícuotas plenas. “Las retenciones están provocando consecuencias regresivas en toda la cadena agroindustrial: desinversión, caída de producción, pérdida de empleo y menor recaudación”, advirtió CRA.
El directivo de la Sociedad Rural, Andrés Costamagna, fue contundente: “Se van a quedar secos hasta noviembre. El campo ya hizo su colchón, adelantó ventas y ahora se va a frenar todo”.
Un dilema fiscal de difícil resolución
El costo fiscal de la rebaja transitoria superó los u$s 700 millones. Si bien desde el Ministerio de Economía se barajó extender el alivio a más productos, la premisa de Milei es mantener el “ancla fiscal”. En ese marco, la suba de las retenciones aparece como una herramienta de urgencia para sostener la recaudación, aún a costa de frenar el ingreso de divisas justo en un momento clave.
Desde Coninagro, en tanto, reclamaron “reglas claras y previsibilidad”. “Necesitamos libertad para producir y certezas para planificar nuestras campañas. Sin eso, no hay rentabilidad posible”, señalaron en un comunicado.