
La planta de Renault en Santa Isabel, Córdoba, se enfrenta a un desafío sin precedentes. La automotriz francesa se ve obligada a suspender la producción de uno de sus dos turnos a partir de la próxima semana, una medida drástica que marca un punto de inflexión. Esta decisión no es casual; responde a una compleja combinación de factores que han puesto a prueba la capacidad productiva de la fábrica.
Adiós a Nissan Frontier: Un golpe inesperado
El principal catalizador de esta crisis es la salida de su socio Nissan, que ha adelantado el fin de la producción de su pickup Frontier en Argentina. Aunque inicialmente se esperaba que la fabricación terminara a fines de 2025, las últimas unidades saldrán de la línea de montaje en octubre de este año.
Esta decisión no solo afecta a la Frontier, sino que también impacta directamente en la Renault Alaskan, un modelo que dependía de la línea de producción de Nissan. La tensión con los proveedores ya es evidente, y la estructura de la planta de Renault se ve obligada a ajustarse a esta nueva realidad.
Fin de ciclo para modelos icónicos de Renault
Otro factor determinante es el final de la producción de los modelos Logan, Sandero y Stepway. A pesar de su popularidad, la automotriz ha decidido darlos de baja antes de fin de año, lo que reduce aún más el volumen de vehículos fabricados en Santa Isabel.

Como consecuencia directa de esta reestructuración, Renault no renovará 220 contratos de personal que terminan a fin de mes.
Ajustes en la producción: El panorama en números
La reducción de la actividad es significativa, afectando a la producción general de la planta:
- Baja del 50% en la producción de la línea Frontier-Alaskan hasta octubre.
- Crecimiento del 12% en la producción de modelos Renault, impulsada por el éxito del utilitario Kangoo.
- Reducción total de la actividad en un 17%.
En términos de unidades, la producción anual de la planta bajará de 49.000 vehículos en 2024 a 46.000 en 2025.
El futuro se llama Proyecto Niagara: La esperanza de la recuperación
A pesar del difícil panorama actual, la esperanza de una recuperación a mediano plazo se centra en el Proyecto Niagara. Se trata de la fabricación de una nueva pickup que podría alcanzar una producción de más de 60.000 unidades anuales.
Actualmente, el proyecto está en una fase inicial de pruebas de carrocería, pero se espera que la producción en serie comience a mediados de 2026. Es en ese momento, según la empresa, cuando la planta de Santa Isabel podría retomar sus dos turnos de producción y dejar atrás el complejo período de transición.