La histórica empresa de ingeniería industrial IMPSA, recientemente privatizada por el gobierno de Javier Milei, atraviesa una severa crisis financiera que impacta de lleno en sus trabajadores. La compañía informó que abonará el aguinaldo en cuatro cuotas, y activó un proceso judicial para reestructurar pasivos por más de USD 560 millones, en medio de tensiones crecientes con el sindicato metalúrgico.
La decisión de fraccionar el pago del Sueldo Anual Complementario (SAC) fue comunicada por correo interno, donde la firma argumentó que no logró cobrar a tiempo una serie de proyectos comprometidos con el Estado Nacional que preveía ejecutar en junio. El cronograma anunciado prevé pagos mensuales entre julio y octubre, lo que generó malestar entre el personal.
Fuerte reacción sindical
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) advirtieron que la situación agrava un escenario ya complejo, marcado por demoras en pagos retroactivos, falta de insumos, suspensiones, retiros voluntarios y una baja general de la actividad. No se descartan medidas gremiales en los próximos días si no se encuentra una solución urgente.
El conflicto se desarrolla en paralelo al Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) que IMPSA presentó ante el Segundo Juzgado de Procesos Concursales de Mendoza, con el objetivo de refinanciar su deuda. La propuesta contempla comenzar a amortizar capital recién en 2036, con un esquema de pagos anuales hasta 2044, e intereses del 1,5% anual.
Privatización reciente y gestión cuestionada
IMPSA fue la primera empresa estatal privatizada bajo la actual administración nacional. La operación se concretó en febrero de 2025, cuando el fondo ARC Energy tomó control a través del Industrial Acquisition Fund (IAF), en línea con la política de desinversión del Estado impulsada por el presidente Javier Milei.
Si bien el directorio formal está encabezado por Jorge Salcedo Hernández y Juan Manuel Domínguez, la gestión operativa está a cargo del country manager Pablo Magistocchi, quien enfrenta críticas internas por falta de articulación entre áreas clave, lo que complica la ejecución de proyectos y la contención del conflicto laboral.
Una empresa estratégica en dificultades
Fundada en 1907, IMPSA es una de las firmas más emblemáticas del entramado industrial argentino, con especialización en energías renovables, equipamiento para grandes obras de infraestructura y soluciones tecnológicas para centrales hidroeléctricas y nucleares.
La falta de liquidez, sumada a la caída de contratos públicos, pone en jaque no solo su funcionamiento operativo, sino también el rol estratégico que históricamente desempeñó en el desarrollo industrial argentino.
