
Diario de minería, petróleo y campo.
En medio del debate por la política energética y fiscal en Argentina, Guillermo Borelli, representante del Sindicato de Trabajadores Petroleros de Córdoba, cuestionó con dureza el esquema de precios que rige para los combustibles.
En declaraciones a Radio Rivadavia AM 630, Borelli afirmó que “la nafta argentina es la segunda más cara de Sudamérica, solo superada por Uruguay”, a pesar de que el país cuenta con recursos como Vaca Muerta, uno de los reservorios de hidrocarburos no convencionales más importantes del mundo.
“Pagamos más que Brasil, que no tiene Vaca Muerta, ni los recursos que tenemos nosotros. El problema no es el petróleo ni el trabajo del sector, el problema es la carga impositiva”, señaló.
Impuestos sin destino claro y caída del consumo
Según Borelli, los impuestos representan la principal causa del alto precio final del combustible, y cuestionó su opacidad y falta de correlato con obras concretas:
“Pagamos un impuesto para mantenimiento de rutas que están destruidas, y además suman peajes que tampoco se usan para ese fin. Nadie sabe bien a dónde va esa plata”.
La presión impositiva se vuelve más visible en un contexto de caída de las ventas, estimada entre 7% y 10% en los últimos meses, según cifras del propio sector. El dirigente gremial graficó la situación con una postal cotidiana: “La gente ya no carga el tanque. Se escucha mucho ‘poneme diez mil’, ‘poneme cinco de gas’. Si no alcanza para comer, mucho menos para moverse”.
Críticas al nuevo esquema de descuentos nocturnos de YPF
El referente sindical también se mostró escéptico ante el programa de precios diferenciados por franja horaria y autodespacho que implementó recientemente YPF. La compañía estatal aplica un descuento del 5% entre las 23 y las 6, pero solo en estaciones habilitadas con sistema de autocarga, hoy limitado a cinco puntos del país.

“Eso es una medida simbólica, una ‘engaña pichanga’. ¿Quién va a levantarse a las tres de la mañana para cargar nafta con frío, sin seguridad, y por un 5% de descuento? No tiene sentido real”.
— Guillermo Borelli, Sindicato de Trabajadores
Petroleros de Córdoba
Borelli calificó la medida como parte de una estrategia de prueba y error del Gobierno, y remarcó que los trabajadores del sector no son responsables de los precios altos:
“Nuestros salarios representan apenas el 3% del negocio. No vengan a hacernos responsables del precio final. Acá hay un modelo donde la política prefiere no transparentar a dónde van los impuestos”.
Combustibles caros en un país productor
El reclamo vuelve a poner en discusión un problema estructural: Argentina, siendo un país productor y con capacidad de refino local, tiene uno de los precios de combustibles más altos de la región en términos relativos, si se considera poder adquisitivo e incidencia impositiva. El diferencial no solo impacta en el bolsillo del consumidor, sino también en la competitividad logística e industrial.

Mientras se discute la continuidad de incentivos como el RIGI para grandes inversiones energéticas, y se despliegan cambios en la infraestructura del downstream, el precio en el surtidor sigue siendo un factor central de malestar social y presión inflacionaria.