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El empresario sudafricano, Elon Musk, dejó la conducción del Departamento de Eficiencia Gubernamental, tras tensiones con la Casa Blanca por el rumbo económico.
Elon Musk anunció su salida del gobierno de los Estados Unidos, donde estuvo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo creado por la administración de Donald Trump con el objetivo de reducir el gasto público y simplificar la estructura burocrática del Estado federal.
El propio Musk confirmó su decisión a través de su cuenta en X, donde escribió: “A medida que mi tiempo programado como Empleado Especial del Gobierno llega a su fin, me gustaría agradecer al presidente @realDonaldTrump por la oportunidad de reducir el gasto superfluo. La misión del @DOGE solo se fortalecerá con el tiempo a medida que se convierta en una forma de vida en todo el gobierno”.
As my scheduled time as a Special Government Employee comes to an end, I would like to thank President @realDonaldTrump for the opportunity to reduce wasteful spending.
— Elon Musk (@elonmusk) May 29, 2025
The @DOGE mission will only strengthen over time as it becomes a way of life throughout the government.
El DOGE fue una iniciativa diseñada para introducir principios de eficiencia y austeridad en la administración pública estadounidense. Bajo la conducción de Musk, el organismo llegó a proyectar una reducción de hasta dos billones de dólares en el gasto estatal, aunque con el correr de los meses ese objetivo se redujo drásticamente a 150 mil millones, en parte por las resistencias internas, demandas judiciales y trabas políticas.
“La situación de la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba”, declaró Musk al Washington Post. “Sabía que había problemas, pero realmente es una batalla cuesta arriba tratar de mejorar las cosas en Washington”, agregó.
La renuncia se conoció un día después de que Musk expresara su desacuerdo con el principal proyecto legislativo de Trump, al que calificó como “un gasto masivo que socava el trabajo del DOGE”. La iniciativa, que combina recortes impositivos con políticas migratorias más restrictivas, fue presentada por el presidente como “una gran ley hermosa”, pero Musk opinó: “Una ley puede ser grande o puede ser hermosa. No creo que pueda ser ambas cosas”.
A pesar de las diferencias, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, elogió la tarea realizada por el DOGE durante la gestión de Musk, y aseguró que el Congreso está dispuesto a avanzar sobre sus propuestas para racionalizar el gasto.
Durante su paso por el gobierno, Musk mantuvo una presencia política activa. No solo financió la campaña de Trump con al menos 250 millones de dólares, sino que participó en actos partidarios, utilizó indumentaria oficialista y, en momentos críticos para Tesla, recibió apoyo explícito del presidente, quien incluso permitió una exhibición de autos eléctricos en la entrada de la Casa Blanca como gesto simbólico.
Sin embargo, en sus últimas declaraciones, Musk adoptó un tono más distante: “Creo que ya hice suficiente en materia de política”, afirmó. Así, el empresario da por concluida su experiencia en la administración pública, no sin dejar un mensaje claro sobre los límites estructurales para introducir cambios profundos en el funcionamiento del Estado.