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La escalada del conflicto en Medio Oriente sumó un nuevo capítulo, cuando el expresidente Donald Trump confirmó que Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares estratégicas de Irán: Fordow, Natanz e Isfahan, principales centros de enriquecimiento de uranio del régimen persa.
El anuncio fue realizado por Trump a través de su cuenta oficial en Truth Social: “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán (…) Se ha lanzado una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordow”, expresó el mandatario. Según detalló, todos los aviones participantes regresaron sin inconvenientes, aunque aún se desconoce la magnitud de los daños.
Impacto geopolítico
Las instalaciones atacadas son fundamentales dentro del programa atómico iraní. Analistas internacionales señalan que, de haber sido destruidas o seriamente dañadas, el desarrollo nuclear iraní podría retrasarse años, frenando sus posibilidades de alcanzar capacidad armamentística en el corto plazo.
Este ataque representa la participación directa de Estados Unidos en el conflicto que enfrenta a Israel con Irán, después de varios días de especulación. Desde Washington, argumentaron que el objetivo es forzar a Irán a frenar su programa nuclear y presionar por un alto el fuego.
El propio Trump consideró que se trata de “un momento histórico para Estados Unidos, Israel y el mundo”, y sostuvo que ahora Irán debe “aceptar poner fin a esta guerra”.
Reacciones y tensiones regionales
Desde Teherán no tardaron en llegar las advertencias. El viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh, había anticipado que una participación estadounidense desataría “un infierno para toda la región”, y sería interpretada como un acto de guerra directa.
En paralelo, grupos aliados a Irán como los hutíes de Yemen amenazaron con atacar buques estadounidenses en el Mar Rojo si continúan las agresiones.
El despliegue previo de bombarderos B-2 estadounidenses en la base de Guam había encendido las alarmas sobre una eventual operación aérea. Estas aeronaves son capaces de portar bombas diseñadas específicamente para atacar instalaciones subterráneas fortificadas, como es el caso de los centros nucleares iraníes.
Consecuencias económicas globales
Aunque el alcance material del ataque aún se está evaluando, los mercados internacionales ya comenzaron a reaccionar con volatilidad en los precios del petróleo y del gas, ante el riesgo de una escalada mayor en la región.
Medio Oriente es clave para el abastecimiento energético mundial y cualquier interrupción prolongada en sus flujos comerciales puede impactar sobre las cadenas industriales globales, incluidos los sectores petroquímicos, mineros y manufactureros.
AgendaIndustrial.com continuará siguiendo de cerca el desarrollo del conflicto y su posible impacto en energía, comercio internacional e industria.