La transición energética es el proceso de cambio hacia un sistema energético más sostenible, eficiente y limpio, que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles fósiles. Pero, ¿es posible sin desarrollar la minería?
La transición energética implica el aumento de las fuentes de energía renovables, como la solar, la eólica, la hidráulica o la biomasa, incluso la nuclear y el uso de tecnologías que mejoren el aprovechamiento y el almacenamiento de la energía, como las baterías, el hidrógeno verde o las redes inteligentes.
Sin embargo, para lograr este proceso se requiere también de una serie de materiales que son esenciales para la fabricación y el funcionamiento de estas fuentes y tecnologías renovables.
Estos materiales son los llamados minerales críticos, que incluyen metales como el litio, el cobalto, el níquel, el cobre, el estaño o el neodimio, entre otros. Estos minerales se encuentran en diferentes partes del mundo, y su extracción y procesamiento implica del desarrollo de la actividad minera.
Por lo tanto, surge la pregunta: ¿es posible la transición energética sin desarrollar la minería? La respuesta no es sencilla, ya que depende de varios factores, como la demanda y la oferta de estos minerales, la eficiencia y el reciclaje de los mismos, las políticas públicas y las normas internacionales que regulen esta actividad, y la participación y el consentimiento de las comunidades locales afectadas por la minería.
¿Cuánto cobre necesita el mundo para la transición energética?
Según un informe de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) Publicado recientemente en la revista Digital Sector Minero, la demanda mundial de cobre podría aumentar un 40% para el año 2030 debido a la transición energética.
La transición implica el cambio a las fuentes de energía renovables, estas fuentes requieren una mayor cantidad de cobre que las convencionales, ya que se necesita más infraestructura y equipos para generar, almacenar y distribuir la electricidad.
Por ejemplo, una publicacion de Sector Minero remarca que, una planta solar fotovoltaica consume entre 4 y 6 toneladas de cobre por megavatio (MW) instalado, mientras que una planta térmica a carbón consume entre 1 y 2 toneladas por MW. Asimismo, un aerogenerador eólico requiere entre 3 y 8 toneladas de cobre por MW, frente a las 0,5 toneladas de una central hidroeléctrica.
Los vehículos eléctricos (VE) usan entre 3 y 4 veces más cobre que los vehículos con motor de combustión interna (MCI), debido a que tienen más componentes eléctricos, como las baterías, los motores y los sistemas de carga.
Se estima que para el año 2030 habrá unos 130 millones de VE en el mundo, lo que supondrá una demanda adicional de cobre de unos 3,7 millones de toneladas.
La electrificación de las redes también implica una mayor necesidad de cobre, ya que se requiere reforzar y ampliar las líneas de transmisión y distribución, así como instalar sistemas inteligentes de gestión y control de la energía. Se prevé que la demanda de cobre para las redes eléctricas crezca un 56% entre 2023 y 2030, alcanzando los 6,8 millones de toneladas.
Ante este escenario, ¿cómo puede el mundo satisfacer la creciente demanda de cobre?
Según una publicacion de Sector Minero, se necesitará aumentar la producción minera del metal rojo, así como impulsar el reciclaje y la eficiencia en su uso.
Actualmente, Chile y Perú son el primer y el segundo país productor de cobre, respectivamente y entre los dos contabilizan cerca del 40% de la producción mundial y el 30,05% de las reservas globales según el Servicio de Prospección Geológica de los Estados Unidos.
¿Mas mineria de litio para combatir el Cambio Climatico?
De acuerdo con un estudio de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el mundo necesitará al menos 40 veces más litio en 2040 que en 2020 para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Esto supone pasar de una producción anual de unos 82 mil toneladas de litio en 2020 a más de 3,3 millones de toneladas en 2040. El estudio también señala que el suministro actual de litio podría ser insuficiente para satisfacer esta demanda, lo que podría provocar una escasez y un aumento de los precios.
Se estima que Argentina posee 19,3 millones de toneladas de litio, lo que representa el 20% de los recursos de litio identificados en el mundo.
Para evitar este escenario, la AIE recomienda aumentar la inversión en la exploración y el desarrollo de nuevos yacimientos de litio, mejorar la eficiencia y el reciclaje de las baterías, diversificar las fuentes y las tecnologías de almacenamiento de energía, y fomentar la cooperación internacional y la gobernanza responsable del sector.
Cual es el aporte de minerales que puede hacer argentina para la transición energética?
Argentina tiene un gran potencial para aportar al suministro mundial de estos minerales, especialmente en lo que respecta al litio. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), Argentina posee las terceras reservas más grandes de litio del mundo, después de Bolivia y Chile, con un 20% del total.
Además, cuenta con una amplia superficie de salares en el norte del país, donde se extrae el litio mediante procesos químicos.
Pero respecto al cobre Argentina tiene el potencial de convertirse en el segundo mayor productor de cobre con los yacimientos conocidos.
Los principales yacimientos se localizan en las provincias de Salta, Catamarca y San Juan, donde actualmente se realizan actividades de exploración.
Algunos proyectos de cobre en Argentina son:
Taca Taca, de la provincia de Salta, con una inversión prevista de 3.580 millones dólares y se estima, podrá alcanzar una producción anual de 244.000 toneladas de Cobre estimadas.
MARA en Catamarca, actualmente avanzó a la etapa de prefactibilidad y tiene una inversión prevista de 3.100 millones y 155.000 toneladas anuales de producción.
El yacimiento Josemaría ubicado en la provincia de San Juan, que con una inversión anunciada de 4.100 millones dólares, podrá alcanzar una producción anual estimada en 131 mil toneladas.
El Pachón, tambien de la provincia de San Juan, atraviesa actualmente la etapa de factibilidad con una inversión inicial de 4.500 millones de dólares, y tiene el potencial de producir 280.000 toneladas anuales.
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