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El potencial del uranio argentino: ¿oportunidad perdida en el nuevo escenario energético mundial?

El potencial del uranio argentino: ¿oportunidad perdida en el nuevo escenario energético mundial?

En medio de un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y energéticas, el uranio volvió a ocupar un lugar estratégico en los mercados internacionales. La escalada bélica en Medio Oriente y el renovado impulso de programas nucleares en Asia y Europa resaltan la importancia de este mineral.

Argentina cuenta con recursos comprobados, pero sin desarrollar, perdiendo una oportunidad concreta de ingreso de divisas, sustitución de importaciones y fortalecimiento de su matriz energética.

Reservas de uranio en Argentina: recursos y distribución

Argentina posee aproximadamente 25.000 toneladas de recursos razonablemente asegurados (RAR), distribuidos principalmente en:

  • Chubut
  • La Rioja
  • Mendoza
  • Salta
  • Formosa

Adicionalmente, estudios geológicos proyectan que el potencial podría ser aún mayor, duplicando los recursos actuales.

Pese a esta riqueza geológica, Argentina importa todo el uranio que utiliza para sus centrales nucleares, mientras que Kazajistán, Canadá, Australia y Namibia lideran el mercado global.

Uranio: el mineral estratégico para la matriz energética

El uranio es clave por dos motivos:

  1. Energía eléctrica limpia: abastece a las tres centrales nucleares en operación en Argentina (Atucha I, Atucha II y Embalse) y al proyecto en construcción CAREM.
  2. Independencia energética: contar con producción propia evitaría depender de proveedores externos, en un mundo donde el acceso a minerales críticos es cada vez más competitivo.

El precio internacional supera los 85 dólares por libra, con una demanda en crecimiento por la necesidad global de descarbonización y seguridad energética.

Obstáculos legales y sociales para el desarrollo del uranio

El desarrollo minero del uranio enfrenta en Argentina restricciones normativas y falta de licencia social.

En Chubut, la Ley 5.001 prohíbe la minería a cielo abierto, aunque no menciona específicamente al uranio. Sin embargo, los proyectos están paralizados por falta de consenso político. En Mendoza, la situación es similar con Sierra Pintada, detenido desde hace décadas.

El rechazo social al uranio se basa principalmente en temores vinculados a la energía nuclear, pese a que países líderes como Canadá y Australia operan con altos estándares de seguridad ambiental.

Proyectos listos para avanzar

Desde una perspectiva técnica, Argentina podría producir uranio en un plazo de entre 4 y 6 años, si existiera voluntad política. Los proyectos Cerro Solo (Chubut) y Sierra Pintada (Mendoza) permitirían generar divisas por exportación, sustituir importaciones y abastecer el consumo local.

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El impacto también sería positivo en la industria proveedora de servicios mineros e industriales, desde la perforación hasta los procesos metalúrgicos y logísticos.

Un recurso clave para el desarrollo industrial

La explotación del uranio podría integrarse al desarrollo de la cadena nuclear nacional, potenciando sectores como:

  • Fabricación de componentes nucleares
  • Servicios tecnológicos asociados
  • Generación de empleo especializado
  • Exportación de tecnología y know-how

Mientras la demanda internacional crece y la energía nuclear se reposiciona como solución a la crisis climática, Argentina sigue observando desde afuera un mercado que podría aportar divisas, empleo y soberanía energética.

En un contexto donde la transición energética necesita minerales críticos, el uranio argentino sigue esperando decisiones concretas para transformarse en una verdadera oportunidad productiva.

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