
Diario de minería, petróleo y campo.
Mientras Argentina avanza, aunque con ritmo desigual, hacia una economía más electrificada, digital y sustentable, los parques industriales —espacios clave para la radicación de pymes y grandes empresas— siguen siendo un eslabón subestimado en la agenda de la transición energética.
La mayoría de los más de 400 parques industriales distribuidos en el país no cuentan aún con la infraestructura energética, logística ni digital necesaria para atraer inversiones tecnológicas o industrias verdes como la electromovilidad, el reciclaje electrónico, la producción de hidrógeno verde o la manufactura de componentes renovables.
¿Qué debería tener un parque industrial del siglo XXI?
Un parque industrial preparado para alojar industrias verdes y tecnológicas debe contar con al menos:
- Acceso estable y ampliable a energía eléctrica de media y alta tensión.
- Conexión a fuentes renovables (solar, eólica o biogás) o posibilidad de generación distribuida.
- Red de fibra óptica y conectividad IoT para empresas 4.0.
- Gestión eficiente de residuos y recursos hídricos.
- Capacidad logística multimodal (cercanía a rutas, trenes, puertos o aeropuertos).
- Espacios flexibles para investigación, prototipado y laboratorios.
Sin estos elementos, es difícil que un parque pueda captar inversiones de industrias vinculadas a la transición energética o la digitalización.
Casos incipientes: señales de cambio
Algunos proyectos provinciales muestran que hay avances, aunque aún parciales:
- Córdoba: El Parque Industrial, Tecnológico y Logístico de Villa General Belgrano apunta a ser 100% autosustentable con energía solar y sistemas de reutilización de agua.
- Buenos Aires: El Polo Industrial Ezeiza incorporó generación distribuida solar y un nodo logístico automatizado.
- Santa Fe: El Parque Tecnológico del Litoral Centro (PTLC) impulsa empresas de base científico-tecnológica con foco en biotecnología e industria limpia.
- Río Negro: En la zona de Sierra Grande, se analizan ubicaciones para un parque vinculado al desarrollo del hidrógeno verde impulsado por el proyecto de Fortescue Future Industries.
Oportunidad para vincular industria, energía y desarrollo regional
Adaptar los parques industriales a los requerimientos de la nueva economía no es solo una cuestión técnica. Es una política de desarrollo regional. Si las provincias quieren captar industrias del futuro —como fábricas de baterías, reciclado de metales estratégicos, desarrollo de energías limpias o vehículos eléctricos—, necesitan parques modernos, conectados y energéticamente sustentables.
¿Quién impulsa la reconversión?
El Ministerio de Industria nacional lanzó en los últimos años programas de Aportes No Reembolsables (ANR) para obras intraprediales, pero la falta de continuidad política y la escasez de financiamiento impiden avanzar con mayor escala. Las cámaras industriales reclaman una ley de promoción de parques 4.0 que articule energía, conectividad y logística como ejes de desarrollo.
Por otro lado, los actores privados, desarrolladores inmobiliarios industriales y cooperativas energéticas empiezan a jugar un papel relevante, explorando modelos de negocios mixtos con generación renovable in situ y servicios compartidos.
Argentina tiene una red de parques industriales que podría ser un motor clave de la transición energética, pero necesita modernización. Si no se invierte en infraestructura energética, digital y logística, se corre el riesgo de perder oportunidades industriales frente a países o regiones más preparados.
La pregunta ya no es si hay que avanzar hacia industrias más verdes. La pregunta es: ¿dónde van a instalarse? Y por ahora, muy pocos parques en el país están listos para responder.