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Rusia interrumpió el miércoles el suministro de gas a Europa través de una ruta clave de abastecimiento, el gasoducto Nord Stream 1, profundizando la crisis energética y elevando las perspectivas de una recesión y de un racionamiento energético en algunos de los países más ricos de la región.
El gigante energético estatal ruso Gazprom dijo que Nord Stream 1, la mayor fuente de gas para su principal cliente, Alemania, estará fuera de servicio desde el 31 de agosto hasta el 3 de septiembre.
Europa teme que Rusia prolongue el corte en represalia por las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Ucrania y ha acusado a Moscú de usar el suministro energético como «arma de guerra«, algo que la empresa rusa niega, alegado en cambio razones técnicas para los cortes.
La reducción de los flujos a través de Nord Stream 1 ha complicado los esfuerzos de toda Europa por ahorrar suficiente gas para pasar los meses de invierno, y los gobiernos temen que Rusia pueda cortar totalmente los flujos.
«Es algo así como un milagro que los niveles de llenado de gas en Alemania hayan seguido aumentando a pesar de todo», escribieron los analistas de Commerzbank, que señalaron que el país ha conseguido hasta ahora comprar lo suficiente a precios más altos en otros lugares.
Mientras tanto, algunos europeos están reduciendo voluntariamente su consumo de energía, incluso limitando el uso de aparatos eléctricos y duchándose en el trabajo para ahorrar dinero, mientras las empresas se preparan para un posible racionamiento.