La Unión de Trabajadores del Automóvil (UAW) va a por la llamada agenda de «energía verde» del presidente Joe Biden por sus resultados de recorte salarial, al tiempo que hace llover miles de millones del dinero de los contribuyentes estadounidenses sobre los tres mayores fabricantes de automóviles del país: Ford, General Motors (GM) y Stellantis.
Como parte de la Ley de Reducción de la Inflación de Biden, aprobada el año pasado, los fabricantes de automóviles van a disfrutar de una enorme ganancia inesperada a través de créditos fiscales para los vehículos eléctricos (VE) fabricados en Estados Unidos, Canadá y México.
El presidente de la UAW, Shawn Fain, y los miembros del sindicato de Lordstown (Ohio) han dado la voz de alarma por los graves recortes salariales que sufrirán los trabajadores de la industria automovilística como consecuencia del impulso dado por el Gobierno de Biden a los fabricantes de automóviles para que opten por los vehículos eléctricos, tentándoles con subvenciones federales.
«Ha habido claros ganadores y perdedores, y los mismos que siempre han ganado, la élite empresarial y la clase multimillonaria, parecen creer que pueden seguir llevando la voz cantante«, afirmó Fain en un vídeo producido por la UAW.
En concreto, Fain señala el cierre de la planta de fabricación de GM en Lordstown hace sólo unos años, que supuso el despido de miles de personas, un golpe devastador para la pequeña comunidad de Ohio.
«Creo que fue casi como un crack económico. Aquí todo el mundo era de GM«, afirma Dominic Giovannone, del sindicato UAW Local 1112. «Mis hijos iban a la escuela de Lordstown, así que muchos de sus amigos se mudaron. Eso separó a una comunidad local«.
Desde entonces, GM se ha asociado con LG para abrir Ultium Cells, una planta de baterías para vehículos eléctricos que el fabricante de automóviles prometió que crearía puestos de trabajo bien remunerados en el sector de la energía verde.
«A los residentes se les presentó la nueva instalación, que traería de vuelta a Lordstown puestos de trabajo ecológicos y bien remunerados«, dijo Fain. «Lo que [Lordstown] se encontró dista mucho de lo prometido«.
Dave Dellick, del sindicato UAW Local 1112, afirmó que la comunidad de Lordstown pensaba que la nueva planta de baterías para vehículos eléctricos «sería la próxima oleada» de puestos de trabajo en el sector manufacturero, pero afirmó que, desde que se inauguró la planta, «todavía no ha ido bien«.
Mientras tanto, GM, junto con Ford y Stellantis, están recibiendo miles de millones de dinero de los contribuyentes en forma de créditos fiscales para los VE.
Según los datos analizados por Good Jobs First, muchas fábricas de vehículos eléctricos «recibirán cada una más de mil millones de dólares al año del gobierno estadounidense, sin obligación de pagar buenos salarios a los trabajadores de producción», mientras que los salarios medios anuales caerán por debajo de la media nacional de los trabajadores de la industria automovilística.
«GM, LG… reciben un soborno del gobierno», dijo Dellick. «Pagamos nuestros impuestos, así que es nuestro dinero el que va a parar a los bolsillos de estas grandes empresas multimillonarias. Deberían poder pagarme un salario digno. No debería tener dos trabajos».
Como informó Breitbart News, el sindicato UAW no ha dado su apoyo a Biden porque la administración aún no ha cumplido su compromiso de no recortar los salarios de los trabajadores del sector del automóvil si sus puestos de trabajo en la industria se convierten en empleos relacionados con las energías renovables.
Durante años, Breitbart News ha detallado cómo una transición financiada con fondos públicos de los motores de combustión a los vehículos eléctricos tiene el potencial de eliminar millones de puestos de trabajo en el sector automovilístico estadounidense y dejar a los trabajadores con salarios drásticamente reducidos.
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