
Diario de minería, petróleo y campo.
Una reciente encuesta de la consultora Cultura Interactiva reveló que el 61% de los mendocinos apoya el desarrollo de la minería en la provincia. El estudio, realizado entre el 21 y el 26 de mayo, plantea un giro significativo en la percepción social sobre esta actividad estratégica, en una jurisdicción históricamente atravesada por tensiones en torno al concepto de “licencia social”.
El informe identifica un “cambio de época” en la mirada de la ciudadanía. Si bien persiste un núcleo de rechazo activo, la mayoría de los encuestados manifiesta una postura favorable o condicionada al avance de la actividad, siempre que se garantice un esquema de controles efectivos por parte del Estado.
Apoyo mayoritario y demanda de control
Uno de los hallazgos más significativos es que el 48,9% de los consultados apoya la minería con la condición de que existan controles más estrictos, mientras que un 12,1% la respalda sin restricciones. Solo el 32% manifestó una posición contraria, lo que desarma el relato de una mayoría social antiminería que ha predominado en discursos públicos.
“La minería atraviesa su momento de mayor aceptación en Mendoza”, afirmó Federico Morales, socio fundador de Cultura Interactiva y especialista en comunicación política, en diálogo con medios locales. El dato se robustece con otras cifras del estudio: un 23,2% dice aceptar plenamente la actividad, un 24,8% lo hace con reservas y un 14,7% admite que “le cuesta” aceptarla, aunque reconoce su importancia. En conjunto, más de un 60% de los encuestados no rechaza la actividad.
El factor Estado: confianza como condición de desarrollo
La encuesta también explora la confianza ciudadana en la capacidad del Estado para fiscalizar el sector. Entre quienes apoyan plenamente la minería, el 68,2% asegura confiar en los mecanismos de control gubernamentales. Esta proporción cae a 50,8% entre quienes aceptan la minería con condiciones. Por el contrario, entre quienes rechazan la actividad, el 97,5% desconfía de los controles estatales.
“Es clave que los gobiernos no solo comuniquen bien, sino que muestren hechos concretos: penalizaciones, fiscalización activa y transparencia. La confianza es el punto de partida para construir licencia social”, remarcó Morales.
Incidencia del contexto político: Milei, la crisis económica y el cambio de prioridades
Si bien la encuesta no indaga directamente en el impacto del gobierno nacional en la percepción minera, Morales reconoce que el respaldo explícito del presidente Javier Milei a la actividad, sumado a la prolongada crisis económica, son factores que están modificando las prioridades de la población.
“La necesidad de desarrollo y generación de empleo, sumada al discurso pro-inversiones del actual gobierno, genera una apertura mayor hacia la minería, incluso en sectores tradicionalmente reticentes”, analizó.
Minería y política: ¿mejora o perjudica la imagen de un dirigente?
El relevamiento también mide la relación entre posicionamientos políticos y percepciones sobre la minería. Por ejemplo, un 75,5% de los votantes de Patricia Bullrich y un 66,1% de los de Milei asocian la minería con desarrollo económico y generación de empleo. En contraste, un 79,3% de los votantes de Sergio Massa la identifican como una fuente de contaminación.
Ante la pregunta de si impulsar la minería mejora la imagen de un dirigente, un 26,1% respondió que sí, mientras que un 34,5% dijo que la empeora. Sin embargo, entre quienes apoyan la actividad, el 77,6% considera que esto mejora la imagen política, mientras que el 25,4% de quienes la aceptan con condiciones también lo percibe como un punto positivo.
¿Mayoría antiminera? El dato que desmiente un mito
Contrario a lo que suelen sostener algunos colectivos, solo el 34,2% de los mendocinos se define como “antiminero”, mientras que un 65,8% no se identifica con esa posición. Nuevamente, el desglose político aporta matices: casi la mitad de los votantes de Massa se reconoce antiminero (49%), frente al 23% de los de Milei y el 11% de los de Bullrich.
En cuanto a las emociones que despiertan los sectores antimineros, predominan la indiferencia (30,6%) y el rechazo (28,8%), mientras que un 24% manifestó simpatía.
“Este segmento intermedio, que no rechaza la minería pero tampoco la apoya de manera decidida, representa una oportunidad de trabajo para el sector desde lo comunicacional. Hay un 30% que podría acompañar si se construye confianza y previsibilidad”, remarcó Morales.
Generacional y comunicacional: claves para una nueva etapa
Otro hallazgo revelador del estudio es la mayor predisposición positiva hacia la minería entre los jóvenes. “Las nuevas generaciones están más abiertas al debate. El rechazo a la minería, en muchos casos, tiene un componente generacional asociado a malas experiencias o a un relato sesgado”, explicó el consultor.
Con más de dos décadas de experiencia en campañas políticas en América Latina, Morales lidera una firma que trabaja con gobiernos, empresas y ONG a través de tecnología, datos e inteligencia artificial. Según su visión, el desafío del sector minero en Mendoza está en profesionalizar su estrategia de comunicación, generar evidencia de impacto positivo y fortalecer la articulación con las instituciones.
“Hay desconfianza, sí. Pero también hay una apertura inédita. El desafío es no desperdiciar esta oportunidad para generar desarrollo con licencia social real”, concluyó.