Sector Minero Periodista de Minería & Petróleo
Si todos los proyectos de cobre, actualmente conocidos, estuviesen funcionando a plena capacidad, la participación de Argentina subiría a 5%, con un volumen máximo que superaría los 1,2 millones de toneladas anuales. La inversión necesaria seria de más de u$s22.000 millones.
La necesidad de incrementar la disponibilidad de cobre es un tema cada vez más relevante debido a la descarbonización de las industrias.
Este incremento se explica por el creciente uso de este metal como conductor eléctrico en las principales tecnologías que permiten sustituir los combustibles fósiles. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible y orientado hacia la energía renovable, la demanda de cobre seguirá en aumento.
Este metal desempeña un papel fundamental en la transición hacia la era de la energía limpia, lo que resalta la importancia de garantizar su disponibilidad para respaldar las innovaciones tecnológicas que impulsarán el cambio hacia fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente.
Cobre en Argentina
El potencial de Argentina es conocido desde la década del 60, pero, el país recién ingreso al club de os de los productores de cobre con la Mina catamarqueña, Bajo de la Alumbrera en el año 1997.
Solo basta destacar que, durante la última década, llegaron a Chile 45.600 millones de dólares de inversiones, para ampliar y construir nuevas minas de cobre. Lo propio ocurrió con los 27.000 millones de dólares que llegaron a Perú, mientras que en Argentina sólo se invertía 100 millones de dólares en mina Alumbrera, hoy sin producir y con las plantas en mantenimiento desde 2018.
A pesar de haberse puesto en operación unas decenas de minas de oro y plata, no se han abierto minas de cobre después de Alumbrera, siendo esta la única mina de cobre que tuvo Argentina hasta 2018 cuando por el natural agotamiento de mineral dejo de producir. Esta situación ha generado una dependencia significativa en la importación de cobre para satisfacer la demanda interna en Argentina. La falta de nuevas minas de cobre en el país ha llevado a la necesidad de buscar fuentes externas para suplir este recurso estratégico.
En la actualidad, y según datos de la Secretaría de Minería de la Nación, Argentina cuenta con ocho megaproyectos en distintas etapas de desarrollo para la producción del metal rojo distribuidos en cinco provincias, cuya construcción en los próximos años demandará inversiones por más de u$s22.000 millones y permitirá exportaciones incrementales hasta superar los u$s11.000 millones al año.
Los Proyectos en Argentina
Los proyectos de cobre más avanzados de Argentina son
- Josemaría, el único que inició la etapa de pre-construcción, con un capex anunciado de u$s4.100 millones;
- El Pachón, que atraviesa la etapa de factibilidad con una inversión inicial de u$s4.500 millones;
- El Altar en exploración avanzada que requerirá unos u$s 3.000 millones;
- Los Azules, en estudio económico preliminar (PEA) por u$s2.363 millones, y
- Filo del Sol, que tiene un costo de construcción de u$s1.266 millones.
Estos ubicados en la provincia de San Juan.
El proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (Mara) avanzó a la etapa de prefactibilidad y tiene un retorno de la inversión previsto de u$s3.100 millones En Catamarca.
El proyecto San Jorge -también en prefactibilidad- con una inversión inicial de u$s370 millones ubicado en la zona norte de Mendoza.
En Salta la mina Taca Taca se encuentra en estudio económico preliminar por u$s3.583 millones.
Los más importantes en términos de reservas son El Pachón, Los Azules, y Taca Taca, proyectos que sumados representan el 62% de las reservas totales de cobre de Argentina y su construcción y puesta en marcha demandarán más de u$s10.000 millones, casi la mitad de la inversión total proyectada.
En cuanto a la producción, aportarían una capacidad de 693.000 toneladas al nivel de producción de 2020: un 3% de participación mundial. Pero si todos los proyectos estuviesen funcionando a plena capacidad, la participación de Argentina subiría a 5%, con un volumen máximo que superaría los 1,2 millones de toneladas anuales.
Para el año 2030, suponiendo un escenario en donde los 8 proyectos se encuentren produciendo a plena capacidad, esto implicaría un ingreso de divisas adicionales que podría superar los u$s11.100 millones anuales. El resultado de esta proyección cobra una trascendencia aún mayor, ya que sólo las exportaciones de estos ocho proyectos podrían más que duplicar el valor exportado por todo el sector minero en su conjunto.
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