La economía de Argentina se encuentra devastada. Años de galopante inflación, depreciación del peso, déficit exterior y público, controles de precios… ha puesto a la que otrora fuera una de las economías más prósperas del mundo contra las cuerdas.
Sin embargo, hay un sector que está floreciendo en medio de tanta incertidumbre y caos: la industria del petróleo está viviendo una nueva era marcada por el incremento de la producción de crudo en Vaca Muerta y las exploraciones en otro yacimiento de shale oil (petróleo de esquisto) que podría tener casi 10.000 millones de barriles de petróleo en su interior. Con todo, la producción de crudo en Argentina ha marcado un máximo que no se veía desde 2008, con casi 700.000 barriles diarios, ayudando a corregir el déficit comercial que ha tornado en superávit.
Tras el creciente éxito en la explotación de Vaca Muerta, un yacimiento que cuenta con unos 16.000 millones de barriles de petróleo crudo en reservas recuperables, ahora las petroleras YPF, controlada por el Estado argentino, y Compañía General de Combustibles (CGC) han concluido la perforación del primer pozo exploratorio en Palermo Aike, la segunda mayor reserva de hidrocarburos no convencionales del país, después de Vaca Muerta.
Según han informado este mismo martes el Gobierno de la sureña provincia de Santa Cruz, se finalizaron las doce etapas de fractura del pozo 1 de Palermo Aike, cuya perforación se inició en septiembre pasado, con una profundidad vertical de aproximadamente 3.500 metros y una rama horizontal de 1.000 metros.
Similitudes con Vaca Muerta
Los expertos explican que Palermo Aike tiene una extensión de 12.600 kilómetros cuadrados y tiene similitudes geológicas con el conocido yacimiento petrolero de Vaca Muerta, aunque es un poco más pequeña. En el caso del gas podría ser un tercio de los yacimientos de Vaca Muerta, y en cuanto al petróleo, Vaca Muerta puede producir unos 16.000 millones de barriles, mientras que Palermo Aike en Santa Cruz podría a los 10.000 millones.
Por sus condiciones geológicas, Palermo Aike es la formación más parecida a Vaca Muerta en toda Argentina dada su extensión espacial, la profundidad del objetivo (entre 3.000 y 3.500 metros), origen marino y su potencial. En caso de obtener resultados positivos, YPF y CGC avanzarán con el desarrollo de una parte del área, invirtiendo en pozos adicionales e instalaciones asociadas.
La formación se ubica en la Cuenca Austral, de una forma más concreta, esta formación está cerca de la ciudad de Río Gallegos. Los expertos aseguran que se ha detectado la existencia de hidrocarburos en una zona todavía mayor, por lo que en teoría podría competir con Vaca Muerta en dimensiones, aunque la verdadera diferencia será la calidad de la roca. Sin embargo, para confirmar esta diferencia con un mayor grado de certeza, primero es necesario realizar perforaciones, que es precisamente el proceso que está llevando a cabo ahora mismo YPF.
La gran esperanza del petróleo en Argentina
«Palermo Aike es nuestra gran esperanza, tenemos el desafío de desarrollar con inteligencia y eficiencia, el mayor potencial energético de nuestra historia como provincia», afirmó el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal. La inversión de este primer pozo exploratorio en Palermo Aike rondó los 28 millones de dólares.
Con 12.600 kilómetros cuadrados de extensión, Palermo Aike tiene recursos estimados por 10.000 millones de barriles equivalentes de petróleo, lo que representa la tercera parte de Vaca Muerta, la colosal formación de hidrocarburos no convencionales del suroeste de Argentina y cuyo desarrollo comenzó hace once años.
Esta nueva era del petróleo en Argentina lo fía todo al shale oil o petróleo de esquisto. Ahora mismo, según los últimos datos disponibles, la producción de petróleo no convencional o shale oil ya supone más del 50% de toda la producción de Argentina, según explican desde la agencia Bloomberg. Casi la totalidad de este petróleo no convencional proviene del yacimiento de Vaca Muerta. En la actualidad, este yacimiento produce unos 300.000 barriles de crudo por día, pero las expectativas para este campo de petróleo son altas. Hay quien habla incluso de que su producción podría llegar al millón de barriles diarios en 2030.