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Según un trabajo privado, la merma promedio de USD 15.000 millones en exportaciones para el presente año se convertiría en la más importante de la historia, superando a las del 2009, cuando fue de USD 14.346 millones.
La fuerte sequía que afecta a gran parte del territorio nacional continúa generando estragos en el campo argentino y, consecuentemente, en la previsión de exportaciones provenientes del sector. Según un informe del consultor y presidente de la Cámara Internacional de Comercio en Argentina (ICC), Marcelo Elizondo, la merma en los despachos en el exterior podrían situarse en torno a los USD 15.000 millones, lo que convertiría a esta caída “en la mayor de toda la historia”.
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Según Elizondo, que también es director de la consultora DNI y representante de entidades empresarias, teniendo en cuenta diferentes proyecciones privadas de caída de exportaciones, que van de los USD 14.000 millones hasta los USD 20.000 millones, y en base también a estimaciones propias, los embarques totales del país podrían retrotraerse en USD 15.000 millones a modo de promedio, llegando a posicionarse los despachos totales del país para el presente año en USD 74.000 millones, un 15% menos que lo registrado el año pasado.
Si bien Elizondo suma otros motivos que también provocarían un descenso en los embarques, como un menor crecimiento del comercio internacional y precios internacionales de los commodities por debajo de lo registrado en 2022, la sequía se erige como la principal razón que explica el derrumbe, que superaría con creces a los anteriores desplomes.
En este sentido, el trabajo especificó que la mayor caída medida en dólares corrientes hasta hoy fue la del año 2009, habiéndose producido un descenso de USD 14.346 millones; la segunda se produjo en 2014, con un descenso de USD 12.691; y la tercera mayor ocurrió en 2015, con una reducción de USD 11.546 millones. “Lo referido permite aseverar que, si se cumplen las previsiones más arriba mencionadas, la caída de las exportaciones argentinas en 2023 computadas nominalmente en moneda internacional será probablemente la mayor de los últimos 30 años. Y la mayor en toda la historia”, aseveró Elizondo.
El impacto cambiario y PBI
Más allá de la catástrofe productiva que enfrenta el país, uno de los impactos más importantes de la merma en los ingresos por exportaciones se verán en otras variables maltrechas de la economía argentina, como lo es el cambiario. “Lo significativo del caso para este ejercicio no es el impacto en lo productivo sino en la situación cambiaria. La Argentina padece un régimen cambiario insostenible e inviable y es por eso que en 2022 y aun con récord nominal histórico de exportaciones, los dólares ‘no alcanzaron’. Mucho peor será la situación con unos 15.000 millones de dólares menos”, marcó Elizondo.
Asimismo, el especialista realizó un análisis respecto al impacto que tendrá la merma en las exportaciones en el PBI nominado en dólares al tipo de cambio oficial: “Si se efectúa ese ejercicio se descubre que la caída esperada este año será la segunda mayor en la historia, equivalente a un 3,03% del proyectado PBI normando en dólares estadounidenses”. Esta cifra es solo superada por la caída de exportaciones de 2009 (4,31%). Luego, fueron menores -desde esta perspectiva- todas las demás: en 1998 representó 0,19%; en 1999 supuso 0,89%; en 2022 equivalió a 0,91%; en 2012 representó 0,61%; en 2014 lo hizo en 2,39%; en 2015 fue 1,94%; y en 2020 representó 2.65%.
Se prevé una caída importante en la actual campaña de soja, ante un contexto de ausencia de precipitaciones.
Ahora bien, como se dijo anteriormente, el especialista realizó esta proyección teniendo en cuenta un PBI nominado en dólares al tipo de cambio oficial, “que a todas luces está distorsionado”, por lo que: si se efectuara contra un tipo de cambio “de mercado, conforme las cotizaciones de los dólares menos regulados”, el ratio para 2023 rondaría 6%.
Además, “si se compara la presente situación de las reservas de libre disponibilidad del Banco Central (BCRA) que, en caso de tener holgura, hubieran podido atenuar el impacto, como ocurrió en algún otro año de los comparados, el contexto luce, en términos cambiarios, más apretado aún”, dijo Elizondo. “Lo expuesto exhibe la seriedad del panorama cambiario. Altamente dependiente de la balanza comercial de bienes, la situación cambiaria referida será en 2023, si se cumplen las previsiones citadas al inicio de este trabajo, sumamente compleja, como efecto de la peor performance comercial exterior”, concluyó el especialista.