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Sismos y fracking: Separando la verdad de la ficción

Sismos y fracking: Separando la verdad de la ficción

En los últimos años, se ha generado una gran controversia en torno a la relación entre la extracción de petróleo y gas no convencional, especialmente mediante la técnica de fractura hidráulica o fracking, y la ocurrencia de sismos.

Si bien es cierto que algunas actividades humanas pueden inducir sismicidad, es fundamental analizar esta relación con rigor científico y desmitificar algunas creencias erróneas que han surgido al respecto.

¿Qué es la sismicidad inducida?

La sismicidad inducida se refiere a la ocurrencia de terremotos provocados por actividades humanas, como la extracción de fluidos subterráneos, la construcción de grandes embalses o la inyección de residuos. Es importante destacar que no todos los sismos son inducidos y que la mayoría están relacionados con procesos naturales tectónicos.

¿Cómo se relaciona el fracking con los sismos?

El fracking consiste en inyectar a alta presión una mezcla de agua, arena y productos químicos en las formaciones rocosas para fracturarlas y liberar el gas o petróleo atrapado. En algunos casos, esta actividad puede desencadenar pequeños sismos al liberar tensiones acumuladas en las rocas. Sin embargo, es fundamental señalar que:

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  • No todos los pozos de fracking generan sismos: La probabilidad de que ocurran sismos depende de diversos factores, como la profundidad del pozo, las características geológicas de la zona y el volumen de fluido inyectado.
  • La mayoría de los sismos inducidos por el fracking son de baja magnitud: Estos sismos suelen ser imperceptibles para la población y no representan un riesgo significativo.
  • Existen rigurosos protocolos de monitoreo: Las empresas que realizan actividades de fracking están obligadas a monitorear la sismicidad en tiempo real y a detener las operaciones si se detectan sismos de magnitud significativa.

¿Qué dicen los estudios científicos?

Numerosos estudios científicos han analizado la relación entre el fracking y la sismicidad. Si bien se ha establecido un vínculo causal en algunos casos, la evidencia sugiere que esta relación es compleja y depende de múltiples factores. Además, es importante destacar que la mayoría de los sismos no pueden atribuirse al fracking.

Mitos y realidades:

  • Mito: El fracking causa grandes terremotos. Realidad: La mayoría de los sismos inducidos por el fracking son de baja magnitud y no representan un riesgo para la población.
  • Mito: El fracking contamina el agua subterránea. Realidad: Existen rigurosas regulaciones para evitar la contaminación del agua durante las operaciones de fracking.
  • Mito: El fracking es la principal causa de los sismos en una determinada región. Realidad: La actividad sísmica en una región puede estar influenciada por múltiples factores, tanto naturales como antropogénicos.
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