Saudí Aramco, la petrolera más grande del mundo, abandona su plan de expansión de producción, lo que genera dudas sobre la demanda futura de petróleo.
La medida sorpresa se produce luego de que la compañía dijera en noviembre del año pasado que estaba progresando «muy bien» con un proyecto multimillonario para aumentar la capacidad a 13 millones de barriles por día para 2027 a medida que la demanda en China e India continuaba creciendo.
A día de hoy, Arabia Saudita tiene una capacidad para 12 millones y está produciendo cerca de 9 millones por día, después de haberse limitado como parte de los esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) para reactivar el mercado energético y evitar un superávit.
«Es probable que haya mucha especulación sobre las posibles implicaciones sobre la demanda mundial de petróleo a mediano y largo plazo», comentó en una nota el analista Biraj Borkhataria de RBC Capital Markets. «Esto también marca un cambio de tono a nivel gubernamental por parte de uno de los mayores productores de petróleo del mundo», añadió.
La modificación en el plan de inversiones instigada por el gobierno saudita llega en un momento en el que Aramco incrementó notablemente los pagos de dividendos al Estado, su principal accionista. El reino enfrenta un déficit fiscal mientras destina considerables sumas de dinero en esfuerzos para diversificar la economía en sectores como el deporte y el turismo.
Esta determinación suprimirá una parte sustancial del excedente de oferta que los operadores esperaban para finales de esta década, creando un vacío que podría resultar difícil de llenar por otros medios. Mantener capacidad adicional en reserva resulta oneroso, especialmente cuando el país ya produce muy por debajo de su capacidad máxima y se anticipa una desaceleración en el crecimiento de la demanda con la transición energética.