Diario de minería, petróleo y campo.
Pese al paso del tiempo, el gobierno aún no terminó la reglamentación del programa que ata los aumentos en la producción el acceso al billete estadounidense. Las compañías petroleras confirmaron que realizaron todas las presentaciones pero siguen sin obtener respuestas.
Quienes ya peinen canas podrán recordar el clásico sketch de Antonio Gasalla en el que interpretaba a la oficinista Flora que repetía una y otra vez que un trámite no podía continuar porque le faltaba un sello. Décadas más tardes, y ahora en la realidad del mundo de los hidrocarburos, las empresas de Vaca Muerta se encuentran en una situación muy simular de cara al acceso al Régimen de Divisas para la Producción Incremental, ya que pese a tener tres normas publicadas aún le falta una cuarta para ponerse en marcha.
Lo que sintéticamente se conoce como el Dólar Vaca Muerta, es en realidad una mini flexibilizaición del cepo cambiario que el gobierno avaló el año pasado para las empresas productoras de gas y de petróleo pero con la condición de base de que cumplan con determinados requisitos de incrementos en la producción.
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El programa debía comenzar a aplicarse, a flexibilizar el cepo, en estos primeros días de enero según marcó todo su andamiaje regulatorio. La norma de base es el DNU 277/22 que se emitió en mayo del año pasado con la firma entre otros del entonces ministro Martín Guzmán y que creó el Régimen de Acceso a Divisas para la Producción Incremental de Petróleo (Radpip) y de Gas (Radpign).
Luego de los cambios en el gabinete nacional, en agosto se emitió una segunda norma, el Decreto 484/22 ya bajo la gestión de Sergio Massa, que fue el que dio los grandes lineamientos regulatorios al plan, entre otros puntos marcó la aplicación de los cortes trimestrales que precisamente debían empezar a ejecutarse en estos días.
La tercera norma llegó en octubre cuando el Banco Central de la República Argentina (BCRA) emitió la Comunicación A 7626 que ordenó cómo deben presentarse los pedidos de las empresas.
Los pasos o requisitos del plan
Para aspirar a ingresar al programa las firmas deben haber realizado una inversión superior a los 50 millones de dólares en el 2022, ya sean solas o en asociaciones, y tener un incremento en la producción de gas o de petróleo sobre la base que se fijó en el promedio de todo el 2021, para cada compañía.
Con esos parámetros cada empresa debería poder determinar su Volumen de Producción Incremental Beneficiado (VPIB) que es lo que se traduce en dólares de libre disponibilidad para el pago ya sea de préstamos internacionales, servicios externos o giro a casas centrales.
Ese porcentaje a volumen es del 20% pero puede llegar a estirarse hasta el 30% al contabilizar una serie de ponderaciones ya sea por tratarse de producción de petróleo pesado, por haber contrarrestado el declino productivo en campos maduros, por la cuota de cobertura del mercado interno, el empleo de empresas regionales o la inversión en exploración de zonas marginales, entre otros.
Las regulaciones marcan que los cortes se realizarán en forma trimestral y es por esto que las empresas consultadas por este medio revelaron que hace tiempo que ya hicieron todas las presentaciones correspondientes al segundo trimestre del año pasado y aún no hay tenido respuestas del gobierno.
El paso que falta
Es que precisamente, la determinación del Volumen de Producción Incremental Beneficiado (VPIB), es decir del porcentaje de acceso a dólares que cada firma podrá tener, debe ser precisado por la Secretaría de Energía de la Nación y es lo que aún no se definió con claridad.
Desde las firmas consultadas revelaron que están a la expectativa que la cartera liderada por Flavia Royón avance con esta última reglamentación que se espera para que finalmente puedan disponer de un pequeño cupo de dólares.
Es que, pese a las expectativas y lo rimbombante que pueda sonar el slogan de «dólar Vaca Muerta», desde el mismo gobierno se estimó que todo el programa permitirá una flexibilización cercana a los 400 millones de dólares, a dividir entre todas las compañías.
Si se tienen en cuenta que solo en Vaca Muerta el año pasado las casi 20 empresas petroleras invirtieron 5.500 millones de dólares, la flexibilización del cepo cambiario implica menos de un 8% de los fondos invertidos e incluso llega apenas al 16% de los mismos dólares que el sector generó en exportaciones de petróleo y gas.
Con planes de inversión para este 2023 que podrían llegar al récord histórico de 7.000 millones de dólares para Vaca Muerta, las operadoras siguen esperando la normativa faltante de Nación -como diría el personaje de Gasalla- desde atrás de la línea amarilla.