Diario de minería, petróleo y campo.
Las empresas de servicios petroleros, que se encargan de la perforación, producción, ingeniería, explotación, mantenimiento y seguridad de los pozos petroleros, entre otras tareas, advierten que la imposibilidad de importar insumos está generando un cuello de botella en la actividad, que amenaza con desacelerar la producción.
“Sin herramientas de trabajo, no hay trabajo”, le anticipó Tomas Hess, presidente de la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales (Ceope) a los sindicatos.
Según explican en la industria, comienzan a faltar piezas claves, que tienen mucha tecnología y especificación estricta que exigen las empresas operadoras (las petroleras, como YPF, Chevron, Exxon, Shell, Total y Wintershall, entre otras). Entre ellas, instrumentos de medición, válvulas, tuberías, insumos químicos, cabeza de pozos, equipos para depurar gases y repuestos de máquinas para producción.
“Todo eso está generando un pronóstico que no es favorable. Muchas compañías están en una situación en rojo y, si se quiere ser competitivo, hay que tener acceso a divisas lo más rápido posible para disponer de esos bienes”, dijo Hess.
Las restricciones a las importaciones datan de varios meses, pero se exacerbó la situación a través de las últimas normativas del Banco Central, de fines de junio, cuando estableció un plazo de 180 días para acceder a divisas. Durante este tiempo, las empresas deben conseguir financiamiento por cuenta propia para pagar importaciones. Esto generó un costo de financiamiento mayor para las compañías que tienen acceso al crédito y un cierre de las importaciones para las que no cuentan con esa posibilidad.
«Hay una serie de bienes que son súper estratégicos, que hay que traer, porque cuando las empresas realizan tareas, hay desgaste, roturas y hay equipos que son muy complejos, que hay que tenerlos en el momento. Para poder importar los bienes, las compañías tienen que esperar 180 días para acceder a las divisas, aunque generalmente se transforman en más de 180 días, que pueden llegar a 240, porque están las demoras de los despachos a plazo.»
— Tomas Hess, presidente de la Ceope
La cámara Ceope está conformada por 31 empresas locales e internacionales (entre las que se encuentran Pecom, Schlumberger, Baker Hughes y Halliburton), que desarrollan tareas de alta complejidad, sofisticación, investigación y procesos de innovación tecnológica. En otras palabras, son las encargadas de ejecutar los planes de inversión de las grandes petroleras y las que emplean a la mayoría de los trabajadores de la industria.
“Los proveedores dicen que no pueden esperar 180 días y para cubrirse suben el precio de esos bienes. Todo esto hace que las empresas sean menos competitivas. En el exterior, además, piden garantías y los seguros de cambio para las urgencias. Las pequeñas empresas ya están sufriendo el problema”, indicó Hess.
Hace menos de 15 días, la cámara tuvo una reunión en el Ministerio de Desarrollo Productivo con un equipo de seis funcionarios, que tomaron nota exactamente de los temas puntuales que les presentaron. Luego les pidieron a Ceope que realice un informe puntual de cuáles son los bienes que faltan, qué urgencias tienen y qué posiciones arancelarias.
“Es un momento histórico para la Argentina, dado el contexto internacional y particularmente en materia energética. Las empresas están dispuestas a hacer inversiones directas, pero se necesita un marco que incentive esas inversiones, que garantice el flujo de equipos y tecnología necesarios para abastecer y asegurar lo que las operadoras de petróleo y gas necesitan para incrementar la producción. De tener un círculo virtuoso, ese ingreso de importaciones generaría un impulso a la producción. Hay que redirigir esos dólares a las empresas de servicios petroleros”, dice Hess, que tiene una experiencia de más de 30 años en el sector enérgico.
“Se puede ahorrar mucho con el incremento de la producción, sobre todo en estos momentos en los que el costo de oportunidad es mayor por el aumento de los precios internacionales. Lo que estamos pidiendo es de corto plazo; en el mediano y largo plazo hay que trabajar en una normativa integral, que contemple toda la cadena de valor. Cuanto mejor le vaya a la producción de gas y petróleo, más creación de empleo habrá”, concluyó Hess.