Las refinerías en Rusia procesaron 5,49 millones de barriles diarios de crudo en la semana del 8 al 14 de junio, un máximo de dos meses, según ha informado Bloomberg.
Este aumento supone cerca de 200.000 barriles diarios más que la semanaanterior, mientras se siguen planteando serias dudas sobre el compromiso del país con los recortes de producción acordados por la OPEP+.
Ya en febrero, los precios del petróleo recibieron un impulso después de que el Viceprimer Ministro ruso, Alexander Novak, anunciara que el país recortaría la producción de petróleo en 500.000 barriles diarios, es decir, alrededor del 5% de la producción. Novak ha insistido en numerosas ocasiones en que Rusia está aplicando íntegramente los recortes prometidos, pero el aumento de las exportaciones de crudo por vía marítima sigue levantando ampollas.
«Rusia está restableciendo la producción diaria de sus refinerías, ya que la temporada de mantenimiento de primavera ha terminado en gran parte. Las últimas instalaciones clave, como Kirishi, de Surgutneftegas PJSC, volverán a funcionar en los primeros días de julio. Entonces, las refinerías volverán a los volúmenes anteriores al mantenimiento», según Viktor Katona, responsable de análisis petrolíferos de la empresa de investigación Kpler.
Recientemente, el Banco Mundial informó de que la economía rusa se contraerá apenas un 0,2% este año, mucho menos que la caída del 2,1% del año pasado, gracias al aumento de las compras de su crudo por parte de India y China, así como a que los países europeos que prohibieron las importaciones de petróleo ruso importan enormes cantidades de materias primas petrolíferas de estos dos países y también de Emiratos Árabes Unidos, Singapur y Turquía.
India, en particular, ha aumentado drásticamente sus compras de petróleo ruso, con un asombroso incremento de las importaciones de crudo del 1.500% en mayo, hasta superar los 2,15 millones de barriles diarios.
Un informe reciente del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) señalaba que los países occidentales compraron crudo ruso blanqueado por valor de 42.000 millones de dólares en forma de diversos productos petrolíferos a naciones amigas de Rusia, con India a la cabeza de los otros cinco países.
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