La diplomacia de Moscú envió a la Cancillería argentina un documento que da detalles del hallazgo que hubo de una inmensa reserva petrolera en la Antártida.
Luego de una fuerte polémica internacional desatada en torno al hallazgo de Rusia de una reserva en la Antártida con una capacidad de 511 mil millones de barriles de petróleo y tras los reclamos de Argentina para tener detalles de ese descubrimiento, la diplomacia de Moscú develó el misterio: informó que «las actividades realizadas por Rusia consistieron en estudios geológicos que se encuentran contemplados dentro de la actividad científica que permite el Sistema del Tratado Antártico».
Hasta hace pocos días existían dudas en la comunidad científica internacional respecto del hallazgo petrolero de Rusia en la Antártida que equivale al doble de la producción de Arabia Saudita y 30 veces las reservas de Vaca Muerta. Mientras que algunos hablaron sobre supuestos estudios de exploración prohibida en la zona por parte de Rusia otros mencionaron la existencia meras actividades científicas.
Según un informe secreto que envió Moscú a la Cancillería de Argentina y al que tuvo acceso exclusivo El Cronista, se pudieron conocer los detalles sobre el supuesto descubrimiento reciente de yacimientos de hidrocarburos en el Sector Antártico Argentino por parte de una expedición rusa.
Por un lado, el documento enviado por Moscú por pedido del gobierno de Javier Milei y que permanece en secreto reveló que «las actividades realizadas por Rusia consistieron en estudios geológicos que se encuentran contemplados dentro de la actividad científica que permite el Sistema del Tratado Antártico«.
Por otra parte, el mismo informe sostiene que «esos estudios, finalizados en 2020, fueron informados a todas las Partes del Tratado Antártico». Y detalla expresamente: «No se trató de una actividad de exploración y no se realizó ningún tipo de perforación».
El dato aportado por Rusia a la Secretaría de Malvinas y Antártida de la Cancillería que dirige Paola Di Chiaro resulta relevante ya que en la última cumbre de Tratado Antártico tanto Chile como Gran Bretaña y otros países habían exigido información a Moscú para determinar si la expedición rusa había violado o no los acuerdos internacionales al hallar una reserva gigante en la Antártida.