El 30 de diciembre pasado el gobierno nacional autorizó la exploración del subsuelo marítimo en tres áreas de la costa bonaerense.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (IEA) que habilita a la empresa noruega Equinor en la búsqueda de hidrocarburos en las áreas CAN 100, CAN 108 (ambas a más de 300 kilómetros de Mar del Plata) y CAN 114 (a 400 kilómetros de Necochea) y su futura explotación.
Al respecto, el Consejo Profesional de Ciencias Naturales de la provincia de Buenos Aires (CPCNPBA) manifestó su preocupación «por la falta de rigor técnico en la información que circula en los medios de comunicación sobre la exploración y explotación de petróleo en el mar argentino».
«La geología en concordancia con la biologia marina cuentan, dentro sus competencias profesionales, con la preparación necesaria para ejercer trabajos referidos a la protección del ambiente natural y la actividad petrolera no escapa a ésta realidad», aseguraron desde el CPCNPBA.
Además, el organismo indicó que «la posibilidad de exploración offshore en Argentina, con los proyectos que desarrollará la empresa Equinor en alianza con YPF y Shell, abren un excelente panorama de posibilidades laborales para el ejercicio profesional luego de casi dos años de pandemia».
El licenciado en Geología Federico Torre y la secretaria del CPCNPBA y licenciada en biología Lorena Haurigot aseguraron, a través de un informe, que «la rigurosidad del control ambiental y la seguridad con que se trabaja habitualmente en el mundo offshore hacen de la exploración y explotación petrolera una de las actividades más seguras del mundo».
«La rigurosidad del control ambiental y la seguridad con que se trabaja habitualmente en el mundo offshore hacen de la exploración y explotación petrolera una de las actividades más seguras del mundo».
El estudio afirmó que los mecanismos de circulación del gas y el petróleo hacia la plataforma hacen prácticamente imposible la contaminación del mar y explicó que existen mecanismos de prevención que permiten responder a los influjos de alta presión de forma automática e incluso cortar las tuberías en caso de ser necesario para evitar que la presión dañe la plataforma.
«A través de tecnología robotizada se controla toda la operatoria previo al inicio de la exploración y la explotación siguiendo normas de la Organización Marítima Internacional (OMI) y de la Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación del Mar por Hidrocarburos (OILPOL), y la legislación obliga a las empresas a capacitar de forma permanente a su personal en el cumplimiento de las medidas ambientales», argumentaron los especialistas.
Respecto de la fauna marina, Torre puntualizó que se utilizan mecanismos para «ahuyentar» a los animales y aseguró que «existe personal especializado en el avistaje, monitoreo y control designado por el organismo nacional competente y con autoridad sobre la empresa operadora de la plataforma para suspender las operaciones si se detecta alguna irregularidad que afecte a la fauna circundante».
Por otro lado, el informe refirió que existe «un entrenamiento preventivo de los trabajadores de las plataformas, que también deben utilizar elementos de protección de forma obligatoria para realizar su actividad», así como también se desarrollan de forma regular reuniones de seguridad y simulacros de emergencia sin previo aviso, que son registrados y documentados.
Por úlitmo, el informe señaló que «es obligatoria la segregación y separación diferencial de los residuos generados en la plataforma» y «el transporte de los residuos sigue las normativas internacionales vigentes».
«La búsqueda de energías alternativas requiere también de recursos naturales para la generación de dispositivos que puedan captar esas energías renovables por lo que la búsqueda de combustibles fósiles es necesaria en el marco del desarrollo tecnológico que permita el desarrollo económico minimizando la afectación ambiental», concluyeron los especialistas.
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