
El 2025 empezó con una agenda intensa en términos de privatizaciones y las empresas energéticas van a tener un rol muy importante. Entre ellas, se destaca Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), una de las firmas estatales más polémicas por la cantidad de recursos que demandó y las denuncias de corrupción acumuladas.
La última novedad fue el anuncio de transformación de YCRT en una Sociedad Anónima y el transpaso de la deuda de la compañía al estado argentino, algo clave para poder atraer el interés de posibles compradores privados.
Yacimientos Carboniferos Río Turbio SA
Según indicaron, el Estado Nacional mantendrá una participación mayoritaria en el capital social. La representación de las acciones se distribuirá con un 95% a través de la Secretaría de Energía y un 5% por medio de la Secretaría de Minería, ambas dependientes del Ministerio de Economía.
También se transfieren a Carboeléctrica Río Turbio S.A. todos los bienes muebles e inmuebles, activos, créditos, marcas, registros, patentes y demás bienes materiales e inmateriales y los recursos humanos.
El personal de YCRT pasará a depender de la Ley de Contrato de Trabajo N° 20.744, preservando sus derechos adquiridos, pero se establece un plazo de 180 días para negociar un Convenio Colectivo de Trabajo.
Ahora, la idea es empezar a reducir el déficit operativo que se calcula en 100 millones de dólares al año. Para eso, se buscará reactivar la producción tanto de carbón como de generación eléctrica.
La privatización
El primer paso será una subasta para exportar unas 30.000 toneladas de carbón por bimestre. El stock ya está reservado y se pensó en esta metodología para conseguir un mejor precio y transparentar la operación.
El carbón de YCRT no tiene el mejor poder calorífico del mercado, pero luego de certificar su calidad con una firma internacional, se observó que tiene un bajo contenido de azufre que es bastante solicitado a nivel mundial por el menor impacto ambiental que implica.
En cuanto a la generación eléctrica, la capacidad de la usina es de unos 80 MW, suficientes para abastecer casi la totalidad de los consumos de la provincia santacruceña, ya que existen cuellos de botella para poder conectarla al SADI y enviar al resto del país.
A su vez, en la empresa consideran que otro vertical del negocio interesante es actuar como back up frente a los periodos de mantenimiento donde hay parte de la generación del sistema regional que sale de operación y ahí se paga un muy buen precio por ese faltante.