El conflicto entre Ucrania y Rusia parece no tener un fin, pero el ambientalismo ya ha decidido a su ganador. Uno de los problemas que arrastró a toda Europa al conflicto fue el tema energético.
En conjunto con el conflicto bélico sucedido en Europa, el asunto energético ha sido el que más en agenda ha estado. Y no es un detalle menor, ya que en una guerra el abastecimiento energético es un punto clave.
El pilar fundamental que le dio a Rusia el ímpetu para tomar la iniciativa bélica pasa por la política energética que Europa ha fabricado en la última década.
El pilar fundamental que le dio a Rusia el ímpetu para tomar la iniciativa bélica pasa por la política energética que Europa ha fabricado en la última década.
Alejandro Watters
Engañada por la propaganda anti-nuclear, cultivada en un caldo progresista ilógico que promovía el cierre de las centrales nucleares por los «desechos», Alemania ha cerrado al menos 3 centrales en los últimos dos años y planeaba cerrar 3 más al corto plazo.
El lobbie anti-energía nuclear
Ni siquiera con la evidencia ante sus ojos, como ha sido España, en donde nunca en la historia un desecho nuclear ha tocado el mar, se han dado cuenta. Esto es debido a la clase de reactores que se utilizan.
Los residuos nucleares son cosa del pasado.
Por otra parte, y creo que este es el disparate de esta doble lógica contradictoria, se abrían centrales de gas para paliar el déficit y emitir menos.
Claro, las centrales de gas natural emiten muchísimo menos que sus homólogas de carbón y fuel oil, pero si las utilizamos como reemplazo de las nucleares estamos aumentando las emisiones netas.
Es decir, la política verde en este caso reemplazaba centrales de emisión cero con centrales que emitían menos que las centrales de carbón, y esa era la excusa para instalarlas.
El hambre se vende y el ambientalismo se equivoca
Obviamente, al estar metido Greenpeace en el medio, la razón de todo esto es la compra de voluntades.
Detrás del lobbie ambientalista siempre hubo alguien que los financie. Pensemos por un momento, quién se opondría a una industria lícita si no es por un interés propio.
Es como Greta Thunberg financiada por lobbies de energías renovables o, sin ir más lejos, Enrique Viale, el flamante activista ecologista de la izquierda, financiado por La Fundación Rosa Luxemburgo.
Obviamente, la meta de Viale no pasa por aquí solamente. Como la de todo argentino progresista del bien, su mayor meta es quedar en el congreso toda la vida promoviendo proyectos basura contra la industria y repitiendo slogans que tenga que repetir 4 o 5 veces al espejo para poder creérselos él mismo.
Y si entramos en el papel de una persona que necesita un sentido de pertenencia por una causa que crea noble, teniendo completo desconocimiento técnico de la industria y la tecnología, entonces el ambientalismo parece su opción más viable. Y Enrique su candidato (aunque cueste creerlo).
Ventana de Overton con el ambientalismo
No debemos confundir ambientalismo con cuidado por el medio ambiente. El ambientalismo engloba a todos aquellos que recitan cuentos tales como «El ser humano es la mayor plaga», «El mundo se va a acabar en [inserte un número] años» y «La Unión Soviética no perdió la guerra fría«.
La última no es una frase netamente sobre el medioambiente pero sí es de izquierda, al igual que el ambientalismo. Y ese es mi punto, el ambientalismo también tiene un trasfondo profundamente progresista y de izquierda.
Por desgracia la sociedad occidental es cada vez una sociedad más alejada del apego a la moral y las buenas costumbres, es por eso que se vuelve receptiva a los temas nuevos.
Por más que nos neguemos temas que parecían controversiales y tabúes, hoy están siendo tratados como proyectos de ley. Ignorando muchas veces los errores nuestros antepasados , que fueron personas que se equivocaron muchas más veces y por mucho más tiempo debido a que no había un flujo de información rápido como internet.
Nunca aprendemos
Pero gracias al cielo esas personas iluminadas del pasado decidieron plasmar todo en libros. Por desgracia para nuestra sociedad actual, tampoco somos muy apegados a los textos, sino más bien a Tik Tok.
Al ambientalismo le costó sólo un poco de financiamento propagandístico ruso para insertarse en Europa, obviamente principalmente en Alemania y ejecutar un plan de desnuclearización del país.
La desnuclearización de Alemania es, tal vez, el hecho colectivo más estúpido y de entrega de un país jamás visto en la historia.
— Alejandro Watters
La desnuclearización de Alemania es, tal vez, el hecho colectivo más estúpido y de entrega de un país jamás visto en la historia.
Es igual de irrisorio a que en un país se financie la propaganda anti-armamento, se termine desarmando el ejército y el día que exista una invasión nos arrepintamos. Pero ya llegó la guerra, no es tiempo de lamentos. (Atentos a Estados Unidos con este ejemplo).
Un Aire para Rusia
Obviamente que Europa está tomando medidas, recientemente fue noticia los intentos de Shell por salir de Rusia, pero ya es muy tarde.
Rusia no pretendía que Alemania se vuelva permanentemente independiente de su gas natural. Pretendía que sea lo suficientemente dependiente como para darle un colchón de aire para realizar la invasión.
Mientras Olaf Scholz está revisando las políticas que Merkel le dejó en la cancillería de Alemania, Putin tuvo tiempo de invadir un país sin consecuencia alguna.
Posiblemente este conflicto se hubiera podido evitar si nuestra sociedad no hubiera sido tan receptiva al ecologismo, una práctica que muchos venimos anticipando como perjudicial para cualquier país.
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