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La multinacional Philip Morris decidió suspender una inversión de US$300 millones que planeaba hacer en la Argentina para empezar a fabricar y exportar productos de tabaco calentado en su planta de Merlo, provincia de Buenos Aires.
En la empresa confirmaron la decisión tras conocerse una resolución del Ministerio de Salud que prohíbe la comercialización de este tipo de productos en el mercado argentino.
Fuentes de Massalin Particulares -la filial local de Philips Morris– explicaron que el proyecto que ahora quedó en suspenso contemplaba el desembolso de US$180 millones en la ampliación de la fábrica de Merlo -que hoy está destinada a la producción de cigarrillos tradicionales- y otros US$120 millones en la adquisición de los equipos y las máquinas para la fabricación del nuevo producto. El proyecto además contemplaba la contratación de 200 operarios directos y potenciales exportaciones desde la Argentina al exterior por US$100 millones.
“El tabaco recalentado era la gran apuesta de la compañía para el mercado argentino y de hecho ya estábamos avanzando con la inversión, iniciando los trámites para la importación de equipos, aunque ahora todo quedó suspendido por la resolución oficial”, explicaron fuentes de Massalin Particulares.
El Ministerio de Salud informó la prohibición de la importación, venta y publicidad de dispositivos electrónicos utilizados para inhalar vapores de tabaco, con el argumento de que contienen sustancias tóxicas como la nicotina e intentan reemplazar a los cigarrillos convencionales alegando que no combustionan.
“Prohíbase la importación, distribución, comercialización, la publicidad y cualquier modalidad de promoción y patrocinio en todo el territorio argentino de los sistemas o dispositivos electrónicos destinados a inhalar vapores o aerosoles de tabaco, denominados habitualmente como ‘productos de tabaco calentado’, extendiéndose dicha prohibición a todo tipo de accesorio destinado al funcionamiento de dichos sistemas o dispositivos, como asimismo a cartuchos y barras de tabaco para ser calentadas en dichos sistemas”, expresa la resolución que lleva la firma de la ministra Carla Vizzotti.
Apuesta global
El tabaco calentado es el producto que eligió la multinacional Philip Morris a nivel global para avanzar con productos alternativos al cigarrillo tradicional. El dispositivo calienta el tabaco en vez de quemarlo, y así se obtiene vapor (en lugar del humo del cigarrillo convencional) que contiene “entre un 90% y un 95% menos de productos químicos nocivos y potencialmente nocivos”, según aseguran en la empresa.
Para poner un pie en este negocio, hace ocho años la multinacional lanzó el primer dispositivo electrónico en Japón, con la marca Iqos. Hoy, el Iqos está disponible en más de 70 países y el dispositivo cuesta entre 40 y 110 dólares, según el modelo.