No hay dudas de que San Juan aposto por la minería y que al menos hasta hoy le fue bastante bien. No solamente es la provincia que más anuncios de inversiones tiene en estos últimos 2 años, sino una de las que más empleo generó este último año junto a Catamarca. Paradójicamente las dos provincias que usan como modelo de oposición los antimineros.
Volviendo al tema del agua, hoy los mismos que dicen haber alertado sobre la sequía que atraviesa San Juan y todo el NOA y culpan a la minería, nada dicen sobre la sequía que vive la Provincia del Chubut, donde, gracias a la violencia ejercida por ellos mismos, cortando rutas y quemando más de 18 edificios públicos y atentando contra un medio de comunicación, no hay ningún yacimiento minero metalífero produciendo. No hace falta dejar en claro que la referencia es hacia el grupo antimineros, que se dedica a generar y reproducir mentiras sobre la minería con frases panfletarias sin sustento técnico ni científico.
La crisis hídrica que atraviesa San Juan no es exclusiva de las provincias mineras. De hecho, San Juan es históricamente una provincia desértica y basta con agarrar un mapa y mirar donde queda. Es por eso que se tomaron el trabajo de construir represas para juntar agua y dotar a las poblaciones y a los agricultores con el vital recurso.
Algunos datos
El río San Juan está seco, apenas han escurrido en lo que va de diciembre unos 11,52 metros cúbicos por segundo cuando el pronosticado es de 12,71 metros cúbicos por segundo, con un pronóstico de derrame para todo el ciclo anual de unos 450 hectómetros cúbicos.
El derrame necesario para todo tipo de demandas, humanas, agrícolas, industriales y mineras ronda los 1.200 hectómetros cúbicos. Es decir, agua no hay, no alcanza siquiera para cubrir el sector agrícola que requiere el 93% del recurso.
Según datos del departamento de hidráulica de la provincia de San Juan hoy Veladero sólo consumen 30 a 40 litros por segundo en Gualcamayo, un poco menos de 20 litros por segundo, ambas en dos cuencas distintas que nada tienen que ver con el Valle del Tulum donde no existen emprendimientos mineros en cordillera. Veladero en la cuenca del río Jáchal y Gualcamayo en la del río Bermejo.
Actualmente, con graves restricciones, se entrega a los regantes del Valle del Tulum 35 hectómetros cúbicos por segundo. Esto es 35 mil litros de agua por segundo para regar. Lejos está ese volumen de los 30 a 40 litros por segundo de la mina iglesiana y de los 20 litros por segundo de la jachallera.
Un informe del departamento de hidráulica, destaca también que los diques están un 10% debajo de su volumen mínimo de seguridad y que corren serio riesgo de operatividad: sus válvulas de descarga de fondo están expuestas a ser sepultadas por aluviones de verano y cierra con una frase lapidaria que da cuenta que queda muy poca agua para aprovechar.
Hoy la sequía puede calificarse de dramática para San Juan, el volumen almacenado en los diques construidos sobre el río San Juan es de 217 hectómetros cúbicos. El dato es alarmante, el volumen mínimo de seguridad y operatividad en condición de sequía extrema es de 241 hectómetros cúbicos.
Actualmente del dique de Ullum salen unos 35 metros cúbicos por segundo al Valle de Tulum, mientras que de la represa Punta Negra a Ullum sólo bajan 1,73 metros cúbicos por segundo, remarcó el ingeniero Coria quien se desempeña como funcionario de la provincia de San Juan.
Y enfatizó «Si uno saca la cuenta, el río San Juan sólo trae 11,52 metros cúbicos por segundo y del sistema de embalses egresan 36,7 metros cúbicos por segundo. No estamos secando, literalmente».
Entonces, ¿es problema de la minería la sequía que atraviesan las provincias del NOA? ¿Se le puede atribuir la falta de agua de la provincia a la actividad minera que utiliza menos del 1% del recurso hídrico? ¿Qué hubiera pasado en San Juan sin las obras que se financiaron con fondos provenientes de la minería?
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