Para tener una economía exitosa, que garantice bienestar al pueblo, que haga de Argentina un país digno de ser vivido, debemos poner las cosas en su lugar.
Y al poner las cosas en su lugar, según mi experiencia, la educación debe ocupar un rol fundamental. La educación marca el futuro laboral de los niños y para ello debemos pensar muy bien en que plan educativo queremos para nuestro país. No tenemos pobreza, tenemos ignorancia a todos los niveles. La pobreza no se resuelve con dinero al igual que al hambre no se resuelve sólo con comida. Un buen empleo o emprendimiento se consigue con conocimientos, y es la manera de eliminar la pobreza y el hambre.
Tomando como ejemplo virtual un edificio de diez pisos, podemos decir que hace cincuenta años la educación y los requerimientos laborales estaban en planta baja, o sea una persona que sabía leer y escribir y hacer una suma o una resta podía conseguir un buen empleo, luego con el tiempo se capacitaba y crecía laboralmente. Ahora bien, siguiendo con el ejemplo del edificio, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la educación, al igual que hace cincuenta años, sigue estando en planta baja, pero los requerimientos laborales se dispararon al quinto piso. Por eso hoy es difícil para una persona que termina un secundario conseguir un empleo y de igual modo las empresas tienen dificultad en conseguir jóvenes capacitados con conocimientos que requiere la industria de hoy.
«Nuestra propuesta es elevar la educación con el objeto de aumentar los conocimientos y, por ende, que los jóvenes estén al alcance de trabajos que le permitan tener una vida futura digna.»
— Jose Luis Kelly Ingeniero.
Es teniendo en cuenta este contexto que propongo la implementación de un “SOS juvenil”, para aquellos jóvenes que no trabajan ni estudian. Este organismo se podría encargar de mejorar la salud, cultura, educación y conocimientos de estos jóvenes, con el objeto de lograr ciudadanos integrados totalmente a la sociedad.
Para los que catalogan este tipo de medidas como un nuevo “servicio militar” les aseguro que no tendría ninguna instrucción de armas o similar. Por el contrario, se centraría en la salud de los jóvenes, detectando enfermedades peligrosas y capacitando en salud sexual, y en su educación, erradicando el analfabetismo. Asimismo, este organismo implicaría la enseñanza obligatoria de un oficio y una introducción a los elementos básicos de la informática, permitiendo que al terminar el recorrido, los jóvenes estén preparados para el mercado laboral.
La educación formal también tiene que apuntar en la misma dirección, la finalización del nivel secundario debe garantizar una salida laboral de acuerdo a las necesidades actuales, a tal efecto se deben cambiar radicalmente los planes de estudios, y poner énfasis en las materias que permitan lograr el objetivo propuesto. Por lo tanto se deben incluir en el debate educativo a los grandes empresarios del país, así como la representación zonal de pymes, que son las grandes fuentes de generación de empleo.
No podemos seguir con el sistema de inclusión presente, donde se toma por “inclusión” nivelar para abajo. Inclusión significa atender a todos los alumnos, los de excelente nivel, los medios y los bajos niveles, con el objeto de atender cada nivel en sus necesidades. En educación, como en cualquier orden de la vida, se debe premiar el esfuerzo, la dedicación, la entrega, por eso debemos promover exámenes anuales con el fin de evaluar no sólo a los alumnos, sino también a los docentes y autoridades competentes.
Por otro lado, en el mundo actual el acceso a internet es una necesidad básica. En ese sentido es urgente un plan integral para que en tres años todos los niños del país tengan acceso a la red. En este plan se debe trabajar codo a codo con las provincias y los municipios sin distinción de colores políticos.
Continuando con las metáforas, los conocimientos son como la construcción de una casa: el techo es la universidad, las paredes son el secundario, pero la base es el primario. Atendiendo a esto desarrollé un sistema educativo online, para los más de 6 millones de niños en primaria, que logra la igualdad de conocimientos y la posibilidad de duplicar las horas de los sistemas actuales en lengua, matemáticas y ciencia. Este sistema, al que bautizamos DECOCO, ya es utilizado por maestras de Colombia y Ecuador. Además, la escuela debe ser un centro de formación educativa, no comedor ni alimentación de alumnos, esa es responsabilidad de los funcionarios políticos y son ellos los que deben realizar esas tareas de alimentación.
En cuanto a la educación universitaria, también propongo cambios profundos. Primeramente es necesario un estudio exhaustivo de todas las carreras universitarias, realizando un censo de los recibidos en los últimos cinco años y viendo cuántos trabajan en su profesión. Existen gran cantidad de carreras universitarias quedadas en el tiempo y que jamás tendrán salida laboral, además de universidades privadas que se han creado en los últimos años que tampoco tendrán salida laboral. Ambos casos son una estafa a los ciudadanos jóvenes y a sus familias que hacen esfuerzos inmensos para que sus hijos puedan seguir una carrera, logrando al final de la misma una gran decepción e incertidumbre ante el mercado laboral.
Por otro lado, se deben adecuar los horarios universitarios con el objeto de que los alumnos puedan estudiar y trabajar por lo menos cuatro horas en lo que va a ser su profesión. No como ocurre actualmente en la mayoría de las universidades donde los horarios los ponen los profesores sin importar el orden horario de los alumnos.
Finalmente, en cuanto a la cuestión de profesores y maestros, planteo crear “docentes XL”. Para ello, propongo declarar la educación esencial, y por ende como ocurre con las fuerzas de seguridad quitarles la representación gremial, pero aumentarles el sueldo en un 100% en comparación con el salario actual. Para acceder a este beneficio, los docentes deberán rendir un examen exigente en las universidades una vez al año.