En un principio, el objetivo del ecologismo era la preservación y el uso responsable del medio ambiente y los recursos naturales. Y aquí viene el primer problema, el medio ambiente y los diferentes sistemas ecológicos son sistemas enormemente complejos. Sistemas en los que interaccionan una enorme multitud de seres vivos entre sí y con su medio. Por eso existe una rama de la biología que estudia estos sistemas: la ecología.
La ecología es una ciencia difícil y que requiere conocimientos de una amplia gama de ciencias: biología, botánica, geología, química, física entre otras… Así que uno esperaría que un ecologista tuviera un conocimiento razonable de estas ciencias. Sin embargo, el ecologismo, que hoy esta viciado de falsos slogans y se destaca por la oposición violenta, nada tiene que ver con la ciencia y el conocimiento.
Hay que acentuar además, que muchas veces estos movimientos ecologistas, vinculados a sectores políticos de izquierda, se destacan por plantear potenciales problemas, pero nunca soluciones. Entonces terminan siendo sectores opositores, no importa a que, no importa a quienes perjudiquen o posterguen, el ecologismo se volvió salvaje, y a cualquier costo.
Una pregunta que surge siempre, cuando estos sectores ecologistas se oponen al desarrollo es ¿Qué tan ecológica es la pobreza? Y la realidad es que la pobreza termina siendo uno de los peores impactos ambientales de los que se conocen. De hecho, los países menos desarrollados del mundo son de los más contaminados y de los que menos cuidado por el ambiente tienen.
El ecologismo es el peor cáncer de la izquierda, ya que plantea que los seres humanos somos el virus, el problema del planeta, desdignificando la vida humana y justificando cualquier accionar en nombre del cuidado del planeta.
— Mila Zurbriggen (@Milazurbriggen) February 10, 2022
Hoy este ecologismo, al que aquí definimos como salvaje plantea que los seres humanos somos el virus, el problema del planeta.
Hay mucho por hacer
Nadie puede negar que nos enfrentamos a retos ecológicos sin precedentes en nuestra historia, pero no podemos afrontarlos sin usar la ciencia. O peor aun, convirtiendo al ecologismo salvaje en una religión, Porque lo único que conseguiremos es diagnósticos equivocados de los problemas que tenemos, soluciones erróneas y resultados nulos.
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