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La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) comparó dos escenarios de impacto por la sequía en un informe al que a pudo acceder Agenda Industrial.
Estimó posibles pérdidas de entre 2.726 y US$ 3.830 millones, respectivamente debido a los efectos de la sequía sobre los cultivos.
Según los dos escenarios planteados por la entidad bursátil, se considera una sequía moderada (rendimiento medio y área perdida media, solo aplicados al área de maíz temprano) y una severa (mínimo rinde y máxima área perdida en maíz y soja).
Estos escenarios se comparan con uno base que responde a las primeras estimaciones realizadas al comenzar la campaña. Los despachos totales podrían ubicarse entre US$ 34.033 y US$ 33.524 millones. Esto significaría una merma del 5,5% respecto a los US$ 36.031 millones que se estipularon en un principio.
Si bien los recortes en las exportaciones son considerables en comparación con lo que se esperaba en un principio, las caídas productivas serían mucho mayores.
Así, se contempló que el maíz pase de 57,6 millones de toneladas en un escenario base a 49,4 millones en uno moderado y a 43,7 millones en un severo.
Por el lado de la soja pasaría de 48,5 millones a 42 millones en un planteo moderado y a 37,6 millones en uno severo.
«Estos shocks de producción en soja y maíz producirían una caída del Producto Bruto Agroindustrial (PBA) sumando las 6 cadenas de cultivos extensivos del orden del 6,1% en el caso de una sequía moderada, y del 9% en una severa, en relación al escenario base. Ello significaría una disminución de US$ 2.726 y US$ 3.830 millones, respectivamente», explicó la entidad.
Proyección
Si se toma la proyección del Fondo Monetario Internacional para el PBI de Argentina en 2022, estimado en US$ 483.770 millones. El escenario moderado tendría un impacto de -0,6% del PBI, mientras en el escenario severo la afectación sería de una caída del 0,8% del producto.
Según marcó la BCBA, el presente ciclo de gruesa «se encuentra caracterizado por condiciones de falta de humedad en el perfil en varias de las principales zonas productivas de Argentina confirmando un escenario de sequía». Si bien las últimas lluvias permitieron «mejorar momentáneamente» la situación de los cultivos, serán «necesarias» nuevas precipitaciones en febrero para no agravar el cuadro.